El litio es, actualmente, el componente principal de las baterías y la clave de su creciente rendimiento. Sin embargo, el aumento de su precio y su previsible escasez en el futuro propicia investigaciones con materiales alternativos.
Científicos del Laboratorio Nacional de Argonne, en Illinois (EEUU) y del Centro Conjunto para la Investigación del Almacenamiento de Energía han realizado importantes avances en un estudio que pretende encontrar un sustituto del preciado litio.
Y es que este material es clave en la producción de baterías, no sólo de coches eléctricos sino de cualquier dispositivo tecnológico actual. Ello ha provocado dos cosas: que su precio esté subiendo rápidamente y que las reservas de este mineral puedan llegar a ser escasas en el futuro.
Calcio y cobalto
No es de extrañar, por tanto, que el estudio liderado por el profesor Haesun Park, de la Universidad coreana Chung-Ang, y sus colegas esté causando expectación.
Dicha investigación tiene como base el uso de cátodos de calcio, un elemento 10.000 veces más presente en la corteza terrestre que el litio, un metal del que se espera su demanda se cuadriplique a lo largo de la presente década, llegando así a los 2 millones de toneladas.
Pero, para que este cátodo de calcio funcione adecuadamente es necesario combinarlo con un metal apto para ello. La investigación combinó los resultados de los iones de siete metales de transición y cuatro tipos de estructuras de capas, es decir, un total de 28 cátodos candidatos.
Los resultados, basados en la Teoría del Funcional de la Densidad (TFD), determinaron que el cobalto era el que mejor estabilidad termodinámica, densidad de energía, capacidad de síntesis y estructura electrónica presentaba.
Si bien el calcio es un elemento fácilmente extraíble, no ocurre lo mismo con el cobalto, cuya producción corresponde en un 70% a la República Democrática del Congo, un país que ha sufrido décadas de dictadura, guerras y conflictos y que, a pesar de vivir actualmente en democracia, no consigue librarse de la violencia, la corrupción y el expolio originados principalmente por su gran riqueza en recursos naturales como el coltán, el oro, los diamantes, el estaño o el mencionado cobalto, entre otros.
