Todo conductor habitual tiene que afrontar, tarde o temprano, la operación de cambiar una rueda. Sin embargo, muchas personas no saben cómo hacerlo e ignoran lo sencillo que es en realidad.
Los percances en la carretera son inevitables y tarde o temprano una de las ruedas de nuestro coche se pinchará durante el trayecto, obligándonos a parar en una zona segura y plantearnos la siguiente pregunta: ¿cambio la rueda o llamo a la asistencia?
Generalmente, la primera opción es la más rápida y lo cierto es que cambiar una rueda no es algo complicado si se sabe hacer correctamente. Sí, es cierto que en determinadas circunstancias puede ser incómodo, pero la mayor parte de las veces merece la pena.
Así se cambia la rueda del coche
En cualquier caso, todo conductor debe saber cómo cambiar una rueda del coche, pues siempre estará expuesto a tener que hacerlo obligatoriamente. ¡Ningún problema! A continuación te explicamos cómo cambiar la rueda del coche de manera sencilla y eficaz.
1. Coloca el coche en un lugar seguro, llano y firme
Este primer paso es importante, pues el coche tiene que estar situado en una zona lo más alejada del tráfico posible, pero también llana y firme para que no se mueva durante toda la operación. Si esto no es posible, lo mejor es llamar a la asistencia y no jugársela.
Siempre que puedas evitarlo, prescinde del kit antipinchazos de espuma
En caso de poder realizar el cambio de la rueda, debemos apagar el motor y accionar el freno de mano, pero si lo hemos situado en una zona inclinada el coche podría moverse cuando lo elevemos con el gato. Lo mismo ocurre con una zona de tierra o superficie inestable, ya que el gato deberá soportar mucho peso sobre una base muy reducida.
No olvides el chaleco reflectante ni el triángulo de emergencia o la baliza luminosa V-16 para señalizar tu posición con antelación en caso de haber tenido que parar en el arcén.
¿Quieres saber cómo colocar correctamente el triángulo de emergencia? Consulta este artículo.
2. Coloca el gato en posición y eleva el coche
Antes de comenzar a hacer nada, asegúrate de tener las herramientas necesarias y la rueda de repuesto junto al vehículo. Necesitarás el gato, la llave para aflojar las tuercas y, si estos son se seguridad, el adaptador para poder aflojarlas.
Una vez preparada la operación, lo primero es identificar el lugar en el que colocar el gato, pues no vale cualquier sitio. Suele haber unas señales o rebajes en la parte inferior del chasis, pero también viene indicado en el manual de instrucciones del vehículo.
Antes de comenzar a elevar el coche, afloja las tuercas de la rueda lo justo para no tener que aplicar mucha fuerza con el vehículo elevado. Una vez hecho, levanta el coche lo justo para que la rueda a cambiar no toque el suelo y quepa la de repuesto, que está hinchada y ocupa más diámetro.
3. Afloja los tornillos y retira la rueda
Ya tienes el coche levantado y la rueda en el aire. Termina de quitar las tuercas y saca la rueda usada, que luego colocarás tumbada justo debajo del coche (al menos la mitad de la misma).
De ese modo, si el gato fallara por cualquier razón, evitarás daños en el coche al actuar la rueda usada como «gato de emergencia».
4. Coloca la rueda de repuesto y aprieta los tornillos parcialmente
A continuación, coloca la rueda de repuesto. Antes de levantarla, fíjate bien en la posición de los tornillos e intenta colocar primero los de la parte superior, de manera que luego puedas meter los espárragos inferiores con menos esfuerzo al descansar parte del peso de la rueda sobre los ya insertados.
Sin soltar la rueda, atornilla las tuercas con la mano o la llave hasta que la rueda no tenga holgura, pero sin apretarlas.
5. Baja el coche y termina de apretar los tornillos con la llave
Ya puedes bajar el coche. Con la rueda apoyada en el suelo y bien asentada en su posición, es momento de apretar completamente las tuercas.
Al ser un método manual con llave y no pistola como la que se usa en los talleres, lo mejor es que aprietes los tornillos todo lo que puedas, sin miedo. Eso sí, asegúrate de haber colocado bien la llave para que esta no se escape y te lleves un buen golpe.
Ya sólo te queda guardar todas las herramientas y seguir tu camino, pero si tienes compresor lo mejor es que compruebes antes que la rueda de repuesto tiene la presión adecuada. Si no te es posible, dirígete a una estación de servicio para meter aire a la rueda.
El kit antipinchazos y la rueda de galleta
Sí, es cierto, actualmente es realmente complicado encontrar un coche nuevo con rueda de repuesto de medida convencional. Lo más habitual es disponer de una rueda de tipo galleta, que es más fina y tiene su velocidad máxima limitada a 80 km/h. O aún peor, un kit antipinchazos que, por desgracia, no suele ser demasiado útil.
En el caso de la rueda de galleta, el procedimiento de sustitución es el mismo que con cualquier otra rueda, simplemente debes tener la precaución de circular a menor velocidad y sustituirla por una de medida adecuada lo antes posible.
Si tienes la desgracia de verte obligado a apañarte con un kit antipinchazos, debes saber algunas cosas antes de utilizarlo:
- El kit antipinchazos no repara reventones ni agujeros de tamaño más grande de lo habitual. Sólo pinchazos como los provocados por un clavo o tornillo y sólo si se han producido en la banda de rodadura, no en el flanco.
- Tras utilizar el kit antipinchazos, la rueda queda inutilizada. Podrás circular con ella para llegar a tu destino (a un máximo de 80 km/h recomendada) e incluso unos días más, pero cuando la espuma comience a desprenderse, notarás vibraciones cada vez más fuertes.
Por tanto, siempre que puedas evitarlo, prescinde del kit antipinchazos. Lo mejor es que llames a la asistencia para que repare el pinchazo con un kit reparapinchazos de mechas de caucho.
De ese modo, tu rueda podrá seguir acumulando kilómetros durante mucho más tiempo y, si no es posible reparar el pinchazo, la grúa solucionará tu problema.
