Joan Barreda ha llegado al final de la undécima etapa exhausto. El castellonense de Honda lo ha dado todo durante una jornada muy difícil en la que abrir pista era un auténtico dolor de muelas. Poco a reprochar por ello al español, entre otras cosas porque Joan ha encabezado el primer grupo de ‘motards’ desde el kilómetro 4 en busca de un Dakar que no ganará esta vez. Incluso si al final ha cometido algún error de navegación, los 25 minutos que ha perdido al final del día han sido una mera anécdota, porque su condena ya estaba escrita. Y no por su lesión de clavícula, sino por una mala estrategia de Honda en la jornada previa.
En el trascurso de la décima etapa, Joan Barreda y Pablo Quintanilla fueron sancionados, en un movimiento orquestado por Honda. Aunque esta penalización les hacía perder varios minutos en la general, estaba previsto que les diera una mejor posición de salida en la undécima etapa, lo que a la postre les iba a permitir ganar mucho más terreno. Sin embargo, un error a la hora de interpretar el reglamento por parte de Honda ha dejado a ambos pilotos con la mitad de la sanción prevista, pero con la posición de salida que merecían por sus resultados. En el caso de Joan Barreda ha supuesto salir tercero, lo que ha hecho imposible cualquier intento de remontada.
El propio ‘motard’ español lo reconocía en meta: «No salió bien. Todo sucedió a la entrada de la neutralización. Todos los pilotos íbamos haciendo estrategias, empecé a calcular y pensé que con el ritmo que había tenido iba a tener unos 6 minutos de penalización. Decidí que eso estaba bien, por eso no frené tanto. Sin embargo, la organización decidió que la neutralización no es parte de la especial, por lo que la sanción afecta a la general, pero no al resultado de la etapa. Ha sido un error de interpretación. Cuando vimos que era sí me di cuenta que se habían ido todas nuestras opciones».
En esta línea, Joan Barreda añadía: «En ese momento le dije a mi gente que ya estaba todo el pescado vendido, que hoy había que salir a disfrutar y a hacerlo lo mejor posible. De hecho, hoy he salido sin esa tensión de estar luchando, esa sensación ya se fue. Hubiera estado bien jugar la estrategia de manera adecuada, aunque igualmente no hubiera sido fácil porque los demás también jugaron la suya y tenían algún minuto de ventaja. Hemos dado el máximo desde hace muchos días y me siento muy satisfecho conmigo mismo de haberlo hecho con el golpe en la clavícula tras perder mucho tiempo en la primera etapa».
