Se ha hablado mucho de lo que sintió Lewis Hamilton al perder su octavo título mundial en la última vuelta del Gran Premio de Abu Dhabi. Ahora, Max Verstappen ha ofrecido su versión de lo ocurrido.
La temporada 2021 llevó al límite a Max Verstappen, que se enfrentaba por primera vez en su carrera a la lucha por el título mundial de Fórmula 1 y lo hacía contra el piloto más exitoso de todos los tiempos.
La temporada fue tan intensa que ambos acusaron la presión y el final de fiesta en Abu Dhabi rompió todos los récords de tensión previamente alcanzados, pero finalmente Max Verstappen se hizo con su primer campeonato del mundo.
«Tuve una muy buena temporada y creo que realmente me lo merecía», asegura el neerlandés al recordar todo lo vivido en 2021. «También tuve muy mala suerte. La gente siempre recuerda la última carrera, pero, si nos fijamos en toda la temporada, el campeonato debería haberse decidido mucho antes».
Calambres en la pierna derecha
Cuando el coche de seguridad anunció que entraría en boxes justo antes de la última vuelta, Max Verstappen supo que lo tenía todo a su favor, pero que tendría que aprovechar la única oportunidad que se le presentaría.
«Lo que estaba pasando por mi cabeza…: “Necesito adelantarlo. Sólo hay una opción. No voy a terminar segundo”. Traté de estar realmente cerca de él en el reinicio. Todo iba bien hasta que crucé la línea y comencé a sentir calambres en la pierna», relata el piloto de Red Bull Racing.
David Moreno analizó lo sucedido en el desenlace del título de 2021.
«Es una de las cosas más dolorosas que pueden suceder porque vas a toda máquina durante mucho tiempo. Sientes que el músculo se aprieta y se vuelve como una pelota de tenis. Por supuesto, la adrenalina ayuda porque, si sucediera cuando estás caminando, no podrías moverte. Es imposible. Pero no había opción; Tenía que hacerlo», insiste.
Adelantar o morir
Aquella última vuelta definía el trabajo de toda una vida y Max Verstappen no estaba dispuesto a dejar pasar una ocasión que quizá no volvería a presentarse en toda su carrera.
«Así que mantuve el pedal pisado y podía sentir que me dolía cada vez más la pierna. Por suerte, llegó la curva cinco y fui a por el adelantamiento. Tenía como tres segundos sin acelerador», recuerda.
«Luego dos rectas muy largas y, en la segunda en la que Lewis volvió a mí, pude sentir mi pie vibrando. No podía controlarlo porque el músculo estaba teniendo un espasmo», relata Verstappen.
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«Si revisas los datos, no verás una entrada de acelerador muy suave. Estaba gritando en la radio, durante toda la vuelta mi pie iba así. Una vuelta más y no podría haber terminado la carrera así. Los niveles de estrés fueron tan altos en la última vuelta que probablemente el cuerpo reaccionó a eso. Pero no puedes rendirte».
«Sabía que tenía más agarre, así que pensé: “Voy a sorprenderle en esa curva (curva 5)”. Incluso mi padre no esperaba que lo hiciera allí. Este tipo de cosas marcan la diferencia. No podía creerlo, especialmente cuando todo parecía perdido. De repente, tus emociones oscilan al 100% hacia el otro lado».
Jos, al borde de un ataque
La figura de Max Verstappen no puede entenderse sin su padre, que desde que era muy pequeño lo ha moldeado para convertirlo en campeón del mundo de Fórmula 1. Por eso, en aquellos instantes finales, su corazón estuvo cerca de jugarle una mala pasada.
«Una locura. Es para lo que habíamos trabajado durante toda mi vida», insiste Max. «Siempre fue mi sueño. Una vez que cruzas la línea, te das cuenta de que finalmente lo tienes. Salté del coche y todos los mecánicos y mi padre corrían hacia mí».
«Pensé que podría morir», dice de su padre, Jos, «porque parecía que estaba a punto de tener un ataque al corazón. Estaba tan pálido que fue increíble. Su color de piel definitivamente no era saludable».
Hamilton, un caballero
Cuando las celebraciones iniciales cesaron para completar la ceremonia del podio, Max Verstappen recibió la felicitación de su máximo rival, Lewis Hamilton, que no se dejó atrapar por la frustración.
«Sólo lo vi un momento, cuando nos quitamos el casco, y creo que fue: “Felicidades, tío”. Ni siquiera recuerdo las palabras. Pero estuvo muy bien por su parte venir de inmediato a felicitarme», admite Max Verstappen.
«Para mí es difícil imaginarme en esa situación, porque no soy siete veces campeón del mundo. Si lo fuera, dolería un poco menos que cuando estoy luchando por el primero, liderando, controlándolo todo y luego perdiéndolo en la última vuelta. Eso sería mucho más doloroso que tener ya siete en la bolsa», reflexiona.
Ahora, Max Verstappen ya sabe lo que es ganar un campeonato del mundo y está convencido de que podrá afrontar las situaciones complicadas de otro modo en el futuro.
«Esa pequeña presión en el fondo de tu mente, de tener que ganar un campeonato mundial o tratar de ganarlo, se ha ido. Ya sucedió. Lo he hecho. Por tanto, cuando sea difícil o tenga mala suerte, probablemente me resultará más fácil de lo normal manejarlo», cree el neerlandés.
«Si nunca llego a conseguir siete u ocho, está bien. Necesitas mucha suerte para estar en una posición tan dominante durante tanto tiempo. Sólo quiero disfrutarlo y sé que, cuando llegue a la pista, todavía querré ganar», concluye.