La crisis de los microchips está pasando factura a todas las marcas de coches. Skoda era una de las que mejor estaba soportando esta complicada situación, pero la marca checa ha llegado al límite, alargando las vacaciones de Navidad.
De una forma u otra, los fabricantes de coches han ido capeando el temporal de los microchips como han podido, algunas parando producción y otras suprimiendo equipamientos o eliminando las versiones más básicas. En Skoda, a pesar de que tenían planeado parar la producción unos días, han podido aguantar hasta un límite que ya ha llegado.
La firma checa ha anunciado unas vacaciones de Navidad más largas de la cuenta en sus tres plantas, la central de Mladá Boleslav que fabrica los Fabia, Kamiq, Scala, Karoq, Octavia y Enyaq iV, la de Kvasiny -de la que salen los Superb, Kodiaq y también unidades del Karoq- y la de Vrchlabí, donde se producen las cajas de cambio DSG para todo el grupo Volkswagen.
Los microchips alargan las vacaciones de Navidad en Skoda
Las cifras de 2020 hablan por sí solas, con más de un millón de unidades fabricadas para todo el mundo, un récord que será difícil de superar teniendo en cuenta los parones realizados, y que este será el más prolongado de todos. De hecho, las cuentas ya apuntan que este año se producirán nada menos que 250.000 unidades a finales de año.
Si lo habitual es cerrar seis días en estas fechas señaladas de Navidad, el día anterior y posterior a las dos noches más familiares del año, en esta ocasión el período se alargará unos días más, aunque con algunas excepciones. El paro general arrancará el próximo 23 de diciembre, y la vuelta al tajo en las líneas de montaje volverá a arrancar el 10 de enero.
Solo los talleres de soldadura o talleres de pintura lo harán la noche antes, mientras que los departamentos encargados de la fabricación de componentes y la sede de producción de las transmisiones automáticas de doble embrague regresarán en la primera semana del próximo año.
